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Foto de Cheryl Medow |
Escritor, filósofo y periodista, el colombiano Juan David Ochoa (Cali, 1987) nos presenta su libro de poesía Polvo de imperios, una obra enmarcada en la historia de las civilizaciones y en sus distintas etapas oscuras. Columnista del periódico El Espectador, obtuvo el premio Escritores Autónomos en 2012, el segundo premio nacional de poesía Sísifo y una mención de honor en el concurso internacional para la apertura de la revista El Puñal en Santiago de Chile. Sus letras han sido publicadas en revistas de España, Argentina, México y Chile.
¿Cómo surgió la idea de Polvo de Imperios?
El libro fue gestándose lentamente a partir de cierta tendencia inconsciente a narrar eventos oscuros o turbios de la Historia. Después de un tiempo en el que ya percibía de forma evidente la inclinación hacia estas temáticas intenté resolver preguntas internas a partir de esta curiosidad, y pude revelar la influencia que tuvo en mi vida un año pasajero a mis 13 años en un pueblo de Colombia, que en esos años (2001) estaba caracterizado por la violencia paramilitar. No presencié ningún hecho oscuro, pero era fuerte la tensión y la zozobra vivir en un territorio con esa atmósfera paranoica. Allí entendí de frente y de forma pragmática el concepto de violencia y, años después, vinculado de vuelta a la ciudad de Cali y sumergido en el estudio de distintas épocas de la humanidad, comprendí con mayor consciencia la extraña inclinación del hombre a su destrucción o a su autodestrucción. En ese momento surge de forma consciente Polvo de Imperios.
¿Cuánto tiempo de escritura te llevó?
El libro fue reescrito durante cuatro años, cuatro veces. Todos los libros eran bocetos de algo que después entendería de forma concreta, y este es el resultado final después de cuatro intentos o acercamientos a una temática que llegó a ser producto de una consciencia y una introspección pausada.
¿Cuándo empezó tu aventura literaria?
Tengo en mi memoria mi primer texto, lo escribí a los 17 años. Lo recuerdo como una descripción de un espacio que estaba detallando, fue un intento ingenuo de un adolescente, y esa rutina sin presión fue convirtiéndose en una necesidad. Hoy recuerdo ese momento como algo conmovedor: ese adolescente no pretendía convertir su obra en algo visible en ese momento; solo quería comprender y comprenderse en el mundo.
¿Cómo definirías tu estilo de escritura?
El estilo está marcado por un ritmo al que he querido dirigir como un avasallamiento. El ritmo fuerte y violento desde lo musical está emparentado con la violencia y el ritmo frenético de las temáticas que me interesan. Puedo definirlo como un golpe, como un martillo; tal vez la influencia nietzscheanatenga mucho que ver en cuanto a la concepción vitalista y artística.
¿Qué cosas no puede faltar en tus textos?
Sin duda la palabra tiempo está representada en la gran mayoría de los textos por ser el centro de mi intención y el centro primordial del mundo. Toda la trascendencia y lo trivial surge de una necesidad de romper con el tiempo o invertirlo. Todos los eventos drásticos de la humanidad están marcados por él y por la necesidad de las civilizaciones en transmutarlo y reinventarlo. El espacio es otra palabra común por representar los puntos en que los eventos suceden. Y el cuerpo puedo considerarlo otro lugar común en mis textos; el cuerpo como el movimiento y el portador de la voluntad de todas las violencias y los cambios de la Historia.
¿Cuáles son tus escritores preferidos?
Mis lecturas siempre vuelven a Rimbaud, Dostoievski, el conde de Lautréamont, Edgar Lee Masters, Walt Whitman, Rabindranath Tagore y Nietzsche. Los considero grandes observadores de la ambigüedad humana, y fuertes representantes en las corrientes que intentaron trascender en lo literario y lo filosófico la tragedia humana y su fragilidad.
¿Cómo ves a los escritores en Colombia?
La literatura en Colombia ha ido vinculándose últimamente a ciertas temáticas puramente humanas. Los escritores contemporáneos no se desligan de los eventos que han marcado la sociedad local o mundial, tal vez por la influencia regional de los conceptos de zozobra y deshumanización, y lo han hecho sin caer en la trivialidad del morbo. Muchos de ellos han logrado trascender temáticas comunes y recurridas como la guerra de las religiones y sus oscuridades en obras como Tríptico de la Infamia de Pablo Montoya, ganador del premio internacional de novela Rómulo Gallegos, una de las grandes sorpresas actuales.
¿Qué es la literatura y para qué sirve?
La literatura es ante todo una plataforma alterna del lenguaje en el que un autor intenta comprender la realidad desde códigos artísticos para trascenderla. O al menos esto es lo que hace alta la literatura. En general el arte tiende a darle trascendencia al mundo desde lo simbólico, y su valor o su efectividad solo radica en la manera como el autor intenta trascender y los lectores logran girar su entorno y percibirlo desde un ángulo contemplativo.

Excelente entrevista. Uno encuentra aquí un autor que se sale de los tópicos, que se nota fundamentado y descreído de sus propios conocimientos. Sin duda, el comienzo de un autor, que si el tiempo lo permite, se inscribirá entre los grandes autores de las letras colombianas.