Sofía Casanova

 

La cultura europea nunca ha podido reponerse del todo del trauma de la primera mitad del siglo XX: una devastadora I Guerra Mundial, una convulsa era de entreguerras y una segunda contienda con millones de muertos y un genocidio atroz en el corazón del continente. Desde entonces no ha habido apenas filósofos, artistas o literatos que no se hayan interrogado sobre los motivos de esa brutalidad, acerca de cómo la cultura más sofisticada del planeta pudo deslizarse paulatinamente hasta hundirse por completo en la barbarie.

En las crónicas de la periodista gallega Sofía Casanova (1861-1958) encontrará el lector un testimonio de alguien que estuvo en primera línea mientras Europa descendía a los infiernos. Casanova fue corresponsal en esa tierra negra de la que habla el historiador Timothy Snyder durante los años en los que se iba forjando el desastre. Casanova, una pionera del reporterismo de guerra en nuestro país, dejó en las páginas de ABC cientos de artículos y entrevistas escritos desde Rusia y Polonia en los que puede advertirse cómo la violencia y el totalitarismo se van adueñando del continente.

Para seguir preguntándose cómo pudo ser posible Auschwitz o Kolimá, lo más seguro que sin llegar a una respuesta definitiva, resulta indispensable contar con lo registrado por los ojos y oídos de Casanova en aquellas tierras y por aquellos años. Un libro de reciente aparición “De guerra, revolución y otros artículos”, editado al alimón por Los Libros de FronteraD y La Umbría y la Solana, ofrece una excelente oportunidad para acompañar a la periodista en su viaje al final de la noche.

Tal vez Casanova sea la única periodista que ha cubierto tres de los acontecimientos capitales del siglo XX: la Revolución Rusa, la Primera Guerra Mundial y la Segunda. Este volumen, cuidadosamente elaborado por Amelia Serraller Calvo y Carlos García Santa Cecilia, está estructurado en varios bloques que recogen la obra periodística de la gallega combinando el orden cronológico y la proximidad temática.

El primer apartado agrupa las crónicas de Casanova sobre la Primera Guerra Mundial, en las que la reportera gallega conjuga la compasión y la sensibilidad hacia el sufrimiento de las víctimas con una aguda visión del desarrollo de la guerra. En la segunda parte, “Sofía en la Revolución Rusa”, se recopilan varios artículos escritos en 1917 y 1918, entre ellos una entrevista a Trotsky, que son un acercamiento privilegiado desde primera línea a la revolución más importante del siglo XX. Sofía manejaba el ruso y conocía bien el país, lo que le permitió escribir unas crónicas llenas de clarividencia y observaciones que pasarían desapercibidas a ojos de otros reporteros.

Vienen después “Una paz amenazada por la revolución”, “Europa resurge de sus cenizas” y “Exterminio y totalitarismo”. Paso a paso, Europa va descendiendo los peldaños del horror, y allí está Sofía para contarlo: “Hoy estamos peor que ayer, y, a juzgar por la impetuosidad de los sucesos, mañana nos hallaremos peor que hoy”, son las premonitorias palabras de Sofía en febrero de 1934. Aunque hasta los últimos días antes del estallido del conflicto conserva una incierta esperanza de evitar el despeñadero. Decía en agosto de 1939: “Los días, cada hora que vivimos en esta volcanizada Europa agravan las inquietudes de quienes creemos todavía que el hombre no es siempre lobo hacia sus semejantes”. Ya sabemos que no hubo tal milagro.

El libro se cierra con dos capítulos temáticos que reúnen los escritos de Casanova sobre “la cuestión judía” y sobre la educación de la mujer. En conjunto, esta edición compone un abigarrado fresco de personajes, lugares y situaciones que nos acerca a los años en los que Europa iba hundiéndose en la infamia. Nada de lo que cuenta Casanova nos resulta del todo ajeno en este siglo.

 

 

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