Eugenia Páez. Es poeta y se desempeña como docente. Ha escrito Entre peperina y letras”, “Pa el mal de amores”, participó con sus textos en “Hospedaje para dosAguas calmas, y hoy nos habla de su reciente poemario “Calles versas y diversas”. Ha participado en antologías santiagueñas, revistas culturales, blogs, canciones, diarios provinciales y nacionales. También ha realizado talleres literarios para niños, cortometrajes, obras de poesía y fotografía, charlas y cafés literarios en distintos países… Páez nació en Córdoba y actualmente se encuentra viviendo en Frías, Santiago del Estero.

 

Calles versas y diversas, ¿Qué tiene este nuevo libro que no tengan tus dos trabajos anteriores?

Mi primer libro fue “Entre peperina y letras” con ese trabajo volví a mi Docta, a la tierra que me vio nacer, tomé los personajes que marcaron mi infancia, para lograr un rincón cordobés, sentí ganas de contar en prosas los personajes que te recibirían y allí como emergiendo del Suquía. Aparece la Pelada de la Cañada enamorada de ese estudiante del Clínicas y con ese espíritu inquieto entre arrebatos de ternura una vendedora entre las páginas se cuela gritando: ¡Papas de hortensias señores! Mientras detenido en una esquina un impecable Jardín Florido llena de halagos a las señoritas del lugar. Detuve un domingo, para que el chimpancé Silvio tenga una tercera fuga y no sea la realidad que le tocó, morir entre las rejas del zoológico.  Lo detuve para que  Lilian Almada alce el vuelo como un cóndor y mi televisor no repita que encontraron a la azafata que cayó en las Altas Cumbres. Volví a desayunar café con leche con tostadas de mi viejo para perderme entre murales y destellos de la ciudad, volví junto a él a pararme en el Boulevard Castro Barros y ver a Martita Stutz comprando su revista Billiken y pudiendo regresar feliz a su casa. Un sueño de una poeta agradecida del suelo que la vio nacer con una poesía que cobra una nueva forma como jugándole al destino una trama paralela.

Mi segunda obra titulada “Pa el mal de amores” la prosa se volvió cicatrizante, mostró las emociones, para abrir caminos, un vuelo que se hace palabra volcánica, metáfora, imagen, seduciendo con diferentes sonidos y voces que no siempre son rimas, vueltas por momentos afonías o poesía blanca o abierta. Un libro rojo, que si no se expresa se asfixia, se ahoga. De este material se desprendieron proyectos que permitieron unirme junto a otros artistas, tal es el caso de Luis Paredes y liberar en las calles dibujos y poesías con el lema “El que lo encuentra se lo lleva”, cortometrajes con la colaboración de Liz Ludueña y Carlos Sequeira, otro poema que cobró vida de la mano de el Flaco Borges, actor de la serie El Marginal, otros cobraron melodía de la mano de distintos músicos, saltaron a murales y fueron umbrales para desembarcar en quién los lea.

“Calles versas y diversas” mi último trabajo tiene para mí dos aristas: una es la curiosidad y otra es la huella en ese caminar, en ese vivir honrando la vida como el más preciado regalo de todo el universo. La prosa encuentra a una poeta que vive en un pueblo de Santiago del Estero sintiéndose parte de esas mujeres que nombra en algunas de sus calles, un poemario que no pretende ser meramente biográfico, sino que busca traer algunas mujeres del pago con el perfume de una flor, mujeres valientes, entusiastas, un mundo femenino a las que representan el bien en la ciudad de la amistad. Heroínas que supieron hacer lo mejor de ellas con lo que les tocó. Un Frías de pájaros, soles y cielos abiertos, un milagro que ellas, las nuestras, sin estar vivas siguen siendo una ofrenda de amor para todos.

 

Eugenia Páez

 

¿Cómo surgió este nuevo proyecto de libro?

Este libro, se desprendió de un proyecto de Educación y Cultura de Frías, Santiago del Estero, me convocaron para que otras artistas mujeres musicalicen algunos de mis poemas. Al principio ordenar un poemario fue muy diverso, pero entre ellos había uno ya escrito a una partera muy destacada, como fue doña Alcira Espeche de Lemos, y allí fue cuando se despertó en mí un sentimiento casi como de querer abrigarlas, retenerlas, hacer un alto, físicamente el calor me agitaba y parecía que la rutina entre mi debate de mamá y ser maestra podría cobrarse el truncar o dejar archivado en una carpeta de mi computadora este proyecto, pero todo era más fuerte, estaba destinado a ser y por más que me opusiera tenía más fuerza para continuar, cuadernos, hojas, anotaciones, fotos, todo me llevó a sentarme y escribir para algunas de ellas.

Cómo es ser poeta,  hablar de otras mujeres, contame sobre la previa investigación de este libro.

Ser poeta es ser lo que soy, no puedo verme de otra forma, siento el color en las letras, formas, paisajes, desanudo, anudo, tomo la palabra para nombrar a otros y aquí es cuando tomé algunos nombres de las mujeres que nombran las calles de mi ciudad, algunas de ellas me resultaron cercanas porque las conocía y otras porque había leído de ellas y salí a buscarlas, fue como un ir a su encuentro, recorrer las calles, sus familias, fotos, recortes de la época, lápidas, testimonios de algunos que las conocieron y así mediante ese viaje volví a sentir esa energía que hay en un parto, la convicción desde la fe para la entrega desde la alegría, la luz en la ciencia, el valor en la ternura, la fuerza que tiene un abecedario tal cual el quebracho en el espíritu de las maestras. Hubo una investigación de registros y otra que me resulta difícil de explicar, pero fue sentarlas en la mesa de mi casa y dejar que fluya esa conexión.

¿Por qué tuviste la necesidad de plasmar este libro?

En este tiempo de pandemia nos atraviesa la muerte y la desesperanza más seguido de lo que imaginamos, este fue mi frente de batalla, un decir con mi lápiz en alto que sentiríamos la primavera al recorrer las calles de Frías que estas mujeres, nuestras mujeres fueron flores destinadas a ser semillas. Es imposible que oír sus nombres en las calles no haya despertado en mí la publicación de mi nueva obra “ Calles versas y diversas”, si ellas son poesía.

 

 

Corrección de textos: Isabel Pisani.

Diseño de portada y dirección del libro: Sandra Ávila 

 

Prólogo por Sandra Ávila

Calles versas y diversas, de Eugenia Páez

 A menudo me pregunto cuál es el motivo por el que un escritor se propone un libro. Las razones son muchas: algunas veces su misma curiosidad; en otras tiene que ver con la importancia o la repercusión no solo para él, sino para la sociedad. En periodismo, el tema elegido debe ser relevante por la información y el valor que esta pudiera alcanzar en los lectores. Y justamente, este libro reúne ambas premisas.

Calles Versas y diversas es un libro que sintetiza la historia de algunas mujeres de Frías, es un homenaje que la poeta intenta poner de manifiesto desde las letras. Considero que hay mil formas de celebrar a nuestras heroínas, las mismas que supieron dejar huellas en el suelo que habitaron. Fueron, cada una en su labor, mujeres valientes, entusiastas, inteligentes, honestas y leales, que nunca abandonaron sus convicciones ni en los momentos más difíciles. Me parece muy destacable que se hiciera desde la poesía y me enorgullece estar escribiendo algunas líneas sobre este material.

Calles versas y diversas es la memoria de mujeres entusiastas de diferentes profesiones, que dieron todo por su pueblo. Ellas representan el Bien.

Eugenia Páez reúne una serie de poesías que escribió especialmente a cada una con un lenguaje simple, sencillo y gran belleza de expresiones. Su poesía nos descubre un mundo femenino, que con el correr del tiempo se convertirá en un documento histórico para conocer la vida de una localidad de Santiago del Estero, una provincia del noroeste argentino, lamentablemente relegada…

Calles versas y diversas es un libro de poesía, pero también de consulta, que servirá a todo aquel que desee indagar sobre la historia de Frías y de sus mujeres. Solo basta recorrer sus páginas…