Cristina García Rodero, 1991
 
 
El pasado miércoles se inauguró la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires que, además de ser la mayor del mundo de habla hispana, precede en el tiempo a la de Madrid, Guadalajara, Liber… y que coincide con la designación de Buenos Aires como Capital Mundial del Libro 2011. http://www.el-libro.org.ar/internacional/general/  Con este motivo, hemos entrevistado a cuatro autores (tres argentinos: Santiago Ocampos, Sergio Fombona, Juan Pablo Gochez y una colombiana, Camila Bardamalo García) que representan distintos estilos, cultivan diferentes géneros (novela, cuentos, poesía e historieta) y tienen variadas influencias. Todos ellos han publicado algún que otro libro que incluso se presenta en esta edición de la Feria de Buenos Aires. Nosotros creemos que tienen un largo recorrido y por eso alguno ya ha aparecido en las páginas de Libros, nocturnidad y alevosía. Nuestros lectores saben que nos gusta averiguar lo que hay al otro lado de la colina, como dijo el duque de Wellington y recogió John Wilson Croker en su Correspondencia y Diario. Para entretenerse durante un largo viaje, el vencedor de Napoleón en la batalla de Waterloo y Croker jugaron en adivinar qué pueblo o ciudad se encontraba detrás de las diferentes colinas que iban encontrando en su camino. Croker le preguntó a Wellington por qué siempre acertaba. “No le extrañe -le respondió-; me he pasado la vida intentando averiguar lo que había al otro lado de la colina”. Nosotros sabemos que en todos estos casos hay, cuanto menos, talento y trabajo. 
(M.L.)

P.- ¿Cómo fue el inicio en la escritura?
R.- Empecé a los 7 u 8 años escribiendo una historieta en la que también dibujaba a los personajes. Recuerdo que las maestras en la escuela primaria me felicitaban por las redacciones pero me bajaban la calificación por tener faltas de ortografía. 

P.-  ¿Género?
R.- A los 16 años llenaba esos cuadernos “tamaño oficio” con seudopoesías, aunque debo decir que eran intentos desesperantes por narrar.
P.-  ¿Qué autor de ficción te cautivó?, ¿por qué?
R.- Por suerte muchos, pero no sé si la palabra correcta es cautivar, acaso sea trasmitir el deseo de contar, de contar bien, de manera que se entienda; la buena literatura por lo general lo logra.

P.-  ¿Qué libro leerías por segunda vez?

R.- Suelo releer novelas de Juan Marsé, es un autor con quien me siento identificado, pero también a J. D. Salinger, los Nueve Cuentos sobre todo, ese libro es como un decálogo, por supuesto que los clásicos siguen siendo una referencia inevitable y por lo común leo a otros autores que me aportan ritmo, sobre todo cuando estoy mucho tiempo sin escribir. Aunque las menos de las veces leo por placer (debido al vicio del oficio, a los ojos entrenados para detectar errores en los textos), hay autores que todavía me abstraen.
Cristina García Rodero. 1991
P.-  ¿En poesía a quién lees?
R.- La verdad no leo mucha poesía, pero si me preguntas nombres: Prevert, Vallejo, Pavese, aunque la lista es larguísima.
P.- ¿Siempre supiste que lo tuyo era la literatura?
R.- No sólo no lo supe tampoco lo sé. Disfruto escribiendo y con eso me basta. Surgió como una necesidad catártica y me fui metiendo tanto en el oficio que en un momento tuve que dejar de tocar la batería para dedicarme de lleno a la escritura, porque me costaba hacer las dos cosas, además, hay disciplinas que tienen un tiempo de vida útil, por suerte no es el caso de la literatura.
P.- ¿Eras buen alumno en la escuela?
 R.- Regular, siempre fui vago y me resistí a la autoridad, pero justamente para eso está la escuela, para socializar, y en ese ámbito aprendí las conjugaciones verbales y tanta otra información básica, que me servirían para desarrollarme como persona. Aunque la enseñanza actualmente tal como está dada deja mucho que desear. Mejor sería con horarios flexibles, si respetase los tiempos y las capacidades de cada persona, porque los chicos lo son, y no nivelara para abajo. 
 P.-¿Qué opinión tienes de los escritores contemporáneos?
 R.- No veo a “los escritores contemporáneos” como una unidad, hay de todo como lo hubo siempre y en todos los estratos de la sociedad. Hay quienes se dedican directamente al mercantilismo, muchos mediocres que llegan por portación de títulos o conexiones, y otros que trabajan la literatura a conciencia, que son los que van a representar finalmente a su generación, espero…
Cristina García Rodero, 1991

P.- ¿Qué opinas de los blogs e Internet?

R.- La web es un elemento extraordinario para difundir información que por peso propio rápidamente se convirtió en fundamental. Creo que es igualadora, en el sentido de que se la presenta básicamente para comunicar conocimiento, porque casi cualquier chico en el mundo puede acceder a esa búsqueda, y como parte de la llamada “globalización” (la traducción correcta al castellano sería mundialización), viene a cumplir una función dinámica de transmisión cultural que enseñada con otros métodos, fuera de la cultura de la imagen, nos llevaría muchos años insertar. Pero también es un negocio y está llena de “pescado podrido”, sabemos que son los poderosos del mundo quienes explotan los avances tecnológicos en el mercado, no es nada nuevo, la humanidad desde que lo es se maneja de manera similar, con dioses-reyes o por la imposición del poder por la fuerza o económicamente. Y con respecto a los blog,  son tan diversos como las propias personalidades, en mi caso utilizo la herramienta blog para difundir mi literatura y la de escritores a quienes admiro, para la divulgación de revistas culturales, lecturas etc. algo impensado veinte años atrás.
P.- ¿Con qué escritor te gustaría escribir un libro?
R.- No tengo la experiencia de escribir conjuntamente con otra persona, tal vez no la tenga porque nunca se dio, o nunca se dio porque me parece difícil de llevar adelante. La escritura es un trabajo solitario y un proceso interno que me resulta complicado compartir, pero es cierto que se han dado casos exitosos de escritores que se repartieron la creación de textos, como Borges y Bioy, por citar un ejemplo trillado.
P.- ¿Qué significa la literatura para vos?
R.- Vista como mujer, la literatura es la única mujer que nunca me abandonó ni me abandonará nunca.
P.- ¿Cómo es Sergio Fombona cuando escribe y vuelca sus ideas al papel?
 R.- Lo que te puedo indicar es que nadie escribe como habla, nadie que tenga un poco de oficio. Por otra parte no dejo de ser un tipo común, con obsesiones, debilidades, problemas económicos (de paso aprovecho el espacio para decir que estoy buscando “editor responsable”), dificultades de las que te cuesta la vida librarte y no siempre lo conseguís, y que muchas veces de manera velada y no tanto, son reflejadas en mi literatura.
Cristina García Rodero, 1990

P.- ¿Qué estás escribiendo?

R.- Por fuerza de trabajo sigo escribiendo bastante y en distintos frentes. Por un lado estoy terminando un libro de cuentos que se llama Las almas de la fiesta, donde la mayoría de los textos refiere a “los años de plomo” en la Argentina, desde la mirada de chicos. También continúo escribiendo Aguafuertes de los ochentas, que es un registro más despojado, entre periodístico, antropológico y ficcionalizado. Estas aguafuertes están ambientadas en bares y son breves crónicas de la noche porteña con grupos musicales y personajes que formaron parte de la década. Además, sigo escribiendo poesía y participando en revistas culturales.
P.- ¿Quiénes te guiaron en tu carrera, tu hada madrina, tu padrino etc.? 
R.- Mi maestro fue el escritor argentino Héctor Lastra, quien me aportó técnica y me enseñó a tachar, a no enamorarme de las frases. Lo demás lo hicieron las lecturas, ver cómo resolvieron otros autores una situación parecida, y tener conciencia de que mi trabajo es una continuidad, todo está hecho, el único aporte que puedo hacer es establecer mi visión del mundo.
P.-  ¿Qué esperas de los lectores?
R.- Mi responsabilidad como escritor es entretener y lograr transportar al lector a otra realidad, a la que establece el texto, sin que eso implique dejar de lado una “bajada de  línea”, un posicionamiento que me permita, además, acercarme al lector desde una corriente de pensamiento en común, hablando ya de segundas lecturas.
  
P.-  ¿Quién es el creador de tu mundo?
R.-  Mis heterónimos y yo, diría Pessoa, y es un poco así. En realidad me dedico al realismo, para ser más exacto “realismo sucio” (que es la manera de llamar en nuestros días al género que trabajo porque deviene del minimalismo norteamericano), o sea no creo, rehago a este mundo desde la ficción.
Cristina García Rodero, 1992

P.- ¿Tienes editados la novela El Mayor y las perlas y el libro de cuentos La vida muerde, ¿por qué la elección de cada título?

R.- El título El Mayor y las perlas remite a uno de los personajes secundarios que es mayor del ejército argentino y con las perlas hago un parangón entre sus hijas y las islas Malvinas, porque la novela toca como telón de fondo la guerra de Malvinas, debido a que a esas islas invadidas por los franceses y luego por los ingleses quienes las poseen todavía, se las llamaba Las perlas del Atlántico Sur. Con respecto a La vida muerde, es particular porque su título no surge de la mención de un título de algún cuento que compone el volumen, como suele repetirse en la mayoría de los libros de relatos, en todo caso tiene que ver con una afirmación planteada por el propio autor que recorre y comprende a todos los cuentos del libro.
P.-  ¿A la hora de escribir esperas que la inspiración llegue o te sientas a escribir?
R.- Siempre hago el chiste de que está muy bien que aparezcan las musas creativas y nos llenen de inspiración, lástima que quien corrige soy yo, para esa tarea me dejan solo. Debo hacer una discriminación pertinente: si estoy metido en una novela, todo lo que escribo es en función de la novela, en cambio, si estoy trabajando varios textos paralelamente, la tarea también es repartida. De todas maneras me gustaría aclarar que la inspiración mostrada por las películas es falaz, no conozco a nadie que se siente delante de una máquina de escribir o PC con una botella de whisky y logre hacer una novela en una sola noche y sin corregir. Desgraciadamente esa es la imagen que se impuso del escritor, sobre todo si me refiero al cine norteamericano, que es quien domina el mercado a voluntad y forma.
P.- ¿Cuál es el texto del que más orgullo te sientes de haber escrito?
R.- En mi caso no pasa por el orgullo, como en todo hay etapas y uno va decantando. Por lo general me gusta lo último que estoy trabajando, es natural, y eso no quiere decir nada, supongo que el reconocimiento de los iguales le puede dar más relevancia a un escrito, pero tampoco lo afirmaría. Lo que sí puedo aportar es la experiencia de sentir que cuando un texto está publicado deja de pertenecerme y adquiere “vida propia”, acaso el orgullo al que te referís dependa de ese recorrido. 
P.- ¿Te guías por la filosofía o la sicología?
R.- En todo caso serían esas disciplinas las que me guiarían. No leo habitualmente filosofía y mucho menos psicología porque carezco de formación, pero sí leí textos de Masotta, que es quien introduce a Lacan en Argentina y lo hace conocido en el idioma castellano, del propio Lacan, Freud, Marx y Foucault, entre otros. Lo que sí se trabaja marcadamente en literatura con la aparición del realismo francés pero mayormente desde Dostoievski hasta nuestros días, es la psicología de los personajes, y señalo a este autor existencialista ruso porque incluso antes de que estuviese desarrollado el psicoanálisis como ciencia, en la literatura se aplicaba naturalmente como método para exponer tipografías de los distintos personajes.
P.- Tres consejos para empezar a escribir.
R.- Lanzarse a escribir, leer muchísimo, dejar descansar a los textos el tiempo que sea necesario y retomar la corrección, porque ese distanciamiento con el texto es el que permitirá ver los errores con mayor claridad.

http://www.sergiofombona.blogspot.com/




Sergio Fombona está terminando un libro de cuentos titulado Las almas de la fiesta, donde la mayoría de los textos refiere a “los años de plomo” en la Argentina, desde la mirada de unos chicos. Sergio Fombona nació en 1964, en Lomas de Zamora, Buenos Aires, y ha publicado el libro de cuentos La vida muerde (2004) en las Ediciones Simurg y, en el 2009, publicó la novela El Mayor y las perlas, en ediciones Godot. Formó parte de varios grupos de rock argentinos y desde 1992 colabora en revistas literarias de Argentina y en publicaciones en la web. Además, en el 2000, creó la sección literaria del portal de Internet Arte2k, donde colaboraron María Esther de Miguel, Enrique Medina, Alicia Dujovne Ortiz, Joaquín O. Giannuzzi y Héctor Libertella, entre otros. Tiene diversos premios, como el de narrativa “Leopoldo Marechal”, antología (1992); el premio iniciación S.A.D.E. en cuento breve; mención de la editorial del Dock (1993) y  el premio otorgado por la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil (Facultad de Filosofía y Letras, U.B.A.) y del “Concurso Nacional Enrique Pezzoni”, en la categoría de cuento.